Un Curso de Milagros – Lección 1

Reflexiones sobre la Lección 1 de un curso de Milagros.

Nada de lo que veo en esta habitación (en esta calle, desde esta ventana, en este lugar), significa nada.

Este ejercicio me enseña, invita a mi mente, a no interpretar, juzgar, a no aportar un valor, un significado a lo que percibo como real, pues no lo es, ya que todo lo material está sujeto al cambio, y lo verdaderamente real, es eterno.

Por otro lado, al no aportarle significado a lo que percibe mis ojos, se me ofrece la oportunidad de decidir la acción sin influencia emocional o perceptiva. Las cosas son como son y no como yo creo que son. Aprendo a no juzgar y, con ello, evito condicionar mi estado anímico.

Ejemplo guía: «El comportamiento de nuestro hijo nos desespera»

Cuando esto ocurre, es una experiencia muy común en la mayoría de las familias, nuestra respuesta se encuentra condicionada por el modo en cómo vemos las cosas. Estamos siendo testigos de un comportamiento y nuestra mente lo juzga, determinando de este modo una reacción que, al ser compartida, expresada, nos conducirá a experimentar una vivencia de conflicto padre-hijo. Esa es nuestra respuesta habitual.
Ahora bien, si aplicamos a esta experiencia, las enseñanzas de esta primera Lección, ¿Cómo actuaríamos? ¿Juzgaríamos lo que vemos si verdaderamente no es real? ¿Para qué estamos experimentando esa visión? ¿Para qué nuestra mente proyecta fuera esa vivencia?

Reflexión: ¿Estás seguro de que lo que crees ver con tus ojos es la realidad o lo que crees ver es el significado que le da tu mente?

Beatriz Iglesias

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